TORO O BUEY

La palabra de Dios siempre tiene algo que podemos tomar para una enseñanza, como por ejemplo

Proverbios 14:3 “Sin bueyes el Granero está vacío más por la fuerza del buey hay abundancia del pan”.

 Cuando uno lee este versículo por encima, tal vez lo relacione con muchas cosas, sin embargo cuando escudriñamos la palabra podemos darnos cuenta de cómo podemos aplicarla en nuestra vida.

 Para entender un poco de este versículo debemos comprender que es un buey de dónde viene y sus características y saber la diferencia del toro.

 Buey macho bovino nacido de la vaca para que se convierta en buey se requiere su castración desde muy joven el buey es generoso curioso entrañable sereno noble confiado y desconfiado a la vez esto permite que pueda ser domesticado y dirigido por su bollero que en este caso es la persona que dirige las yuntas.

 Toro macho bovino no castrado con temperamento fuerte e independiente, distante, egocéntrico, iracundo, indomable.

 Aunque esencialmente ambos animales son lo mismo la diferencia está en la intervención del hombre para diferenciar los objetivos de cada uno ejemplo el toro es un macho adulto y su función principal es la reproducción a diferencia del buey que tiene un aspecto similar pero este es utilizado para hacer el trabajo agrícola y pesado.

 Los bueyes por su gran tamaño peso y su carácter apacible y fácil adaptación al trabajo eran utilizados comúnmente para trillar el trigo, el Boyero guía al buey por la yunta y los dirigían a caminar en círculos sobre el trigo esta es la tarea de separar el grano de la espiga para la producción de pan.

 Qué podemos aprender espiritualmente de esto, Dios nos enseña en su palabra que debemos castrar nuestra propia voluntad que de nacimiento es como la del toro pero al mutilar esta voluntad pasamos a ser como los bueyes cuya voluntad dirección la tiene su Boyero en nuestro caso es Jesucristo para ser usados y aprobados voluntad Padre de la gloria.

 Lo importante de todo esto es que no es solamente de entregarle nuestra vida a Jesús, también se trata de morir cada día nuestra voluntad para ser probados y aprobados por el Señor y podamos ser instrumentos útiles en sus manos.